Hay árboles que señalan el cielo, otros que se inclinan hacia las profundidades, hay árboles de fuego y los hay de agua, hay algunos venenosos, egoístas, y otros generosos, que abren las ramas para ofrecernos sus dádivas con deleite.
Pero los que más me gustan son los árboles con memoria, los que han vivido episodios turbulentos, los que esconden el recuerdo de la magia que un día dominó el mundo y que otro día desapareció para siempre.
En este libro te mostramos las especies que han sido adoradas en algún momento de la historia por aquellos que sintieron su poder, los mitos que los envuelven, sus propiedades como árboles medicinales, su simbolismo y razones para amar y sentir su alma.
Alex Newman es un amante de los árboles. Viajero empedernido, geógrafo de profesión, botánico por afición y escritor por amor, ha dormido bajo los baobabs en el Okavango y bajo los pinos en el Círculo Polar Ártico. Dice que los árboles centenarios son guardianes de la magia, de la memoria y de la belleza que forma parte de su naturaleza.
En este libro, Árboles. Guardianes de la magia, ha querido revelar a los lectores las especies cuyo poder mágico ha sido reconocido desde el principio de los tiempos.
Algunas atraen la luz y protegen los hogares cuando los seres de la oscuridad andan sueltos; otras conviene esquivarlas, llaman a la oscuridad y su contacto es ponzoñoso, cuando no es mortífera su ingestión.
Pero, en general, su presencia es señal de que hay alimento, sombra, agua, leña, material de construcción y, en la mayoría de los casos, sustancias que contienen propiedades medicinales. Y todo eso quiere decir únicamente que la buena suerte nos acompaña cuando en las proximidades hay árboles.