Hans es uno de los "niños austriacos" o "niños de la mantequilla" que fueron acogidos temporalmente en España al finalizar la II guerra Mundial. Acabada la contienda, espera junto a su abuela y sus dos hermanas el regreso de su padre, hasta que él y su amigo Christian deciden viajar a España para comer naranjas y pasteles. Allí vivirán nuevas experiencias junto a su familia de acogida y sus nuevos amigos. A través de sus entrañables personajes, la autora recrea la Europa de la posguerra y la España de finales de los 40, donde aprendemos el valor de la familia y la amistad.