Todo vate, que lleva el genio artístico en la sangre, ha nacido para ser explorador y cazador de versos los cuales vagan indómitos por el universo, sin ser advertidos por las inexpertas mentes constructoras de ripios. Ciertamente son muchos los genios de la palabra y del pensamiento figurado que quedan en el olvido porque no han tenido la oportunidad de adiestrarse y perfeccionarse en el bello arte de la poesía. En tanto que otros, aprendices de poeta, son encumbrados en lo más alto del éxito por el interés de un mecenazgo afortunado. Esta es la Memoria del poeta inédito, cuya experiencia creativa - como la de tantos y tantos otros poetas- no ha logrado reconocimiento por un público cuyo juicio al respecto, sin duda, es muy subjetivo.