Escribir bien no es tarea fácil si no se trabaja la expresión escrita con un método preciso. Ir a salto de mata no suele conducir al éxito.
Este libro ofrece un sistema articulado y continuo, de triunfo, para aprender a escribir bien.
Miguel Delibes, maestro para escritores y lectores, es el clásico que tomamos como modelo al servicio de la didáctica de la expresión escrita.
El sistema articulado de redacción que se propone, contiene distintos ejercicios: de condensaciones por pasos, de ampliación, carriles de nombres, adjetivos y verbos, carriles de comparaciones, paso del relato al diálogo, reajuste de textos clásicos y, en un nivel superior de dificultad, los enfoques científico, directo e intimista.
El refrán castellano acierta de pleno cuando asegura que quien a buen árbol se arrima buena sombra le cobija.
Se cumple esta observación tomada a la letra para cuantos buscan una buena sombra de árbol. Pero no es menos cierta en quienes buscan la metafórica sombra del poderoso, la del entendido o la del rico en dineros o en virtudes.
El aprendiz de escritor haría bien en arrimarse a los grandes maestros de la prosa, si en su aprendizaje pretende ir lejos.
A esta sombra aprenderá a escribir por su cuenta y dará con su propio estilo.
Hoy, en España, uno de los árboles con más copa y mejor sombra literaria es Miguel Delibes. El castellano de su prosa fluye en sus obras con la riqueza que río arriba nos viene de Cervantes y la que se ha hablado en los más cultos rincones rurales de los pueblos de Castilla. Muy parecida a la que encontramos en la obra de Galdós es la prosa que florece en el medio centenar de las novelas de Miguel Delibes.
Sin abandonar el símil, hay que añadirle al escritor que se inicia y que quiere llegar lejos, que aquí no vale sentarse a la sombra del buen árbol, sino que es preciso, con método, trabajar la prosa de Miguel Delibes de forma sistemática. Haciéndolo, aprenderá de él a ver la realidad con mirada de agudo observador. Aliadas la observación propia y la sencilla fascinación de la prosa del novelista, se despertará en el aprendiz de escritor el creador que lleva dentro.
Sepa, además, el alumno también su profesor de estilo-, que el cuaderno que aquí se ofrece no va montado a la buena de Dios, sino que obedece a una larga experimentación de su método. Por otra parte, los ejercicios concretos que aquí se piden han pasado por cursos enteros de alumnos de la ESO antes de llegar a la redacción que ahora tienen.