Argumento de Apreciada Existencia
Nos encontramos ante un elenco de relatos de una extraordinaria riqueza formal y de contenido. Ambos factores se interponen mutuamente, configurando tramas donde la belleza y el verismo se hacen patentes. El autor maneja de tal manera el destino del relato que nada parece lo que en realidad es: afectos, crueldad, felicidad o miedo se alinean en la escritura para luego girar en torno a historias cargadas de conciencia literaria, de evolución o de duda existencial. A la vez, y sin desvirtuar la narración, la cotidianidad de sucesos vitales se describe con una originalidad suave, dócil a la experiencia humana. Con un ritmo ágil, estos relatos se presentan a modo de espejos. En ellos el lector puede mirar o mirarse, agitarse o descargar la empatía de la vivencia propia y ajena. Es todo esto lo que conforma la fantástica y fantasiosa perspectiva que encontrará el lector en cada uno de los relatos. A tenor de lo anterior, su lectura recala en veredas cargadas de semántica experimental, agudizando el sentido narrativo de la sensibilidad, la realización práctica de la perversidad y la fantasía en un todo concreto. No obstante, y a pesar de su contenido, una ética personal circunvala toda la obra, abriendo con ella horizontes oníricos a quien la lee.1