Sócrates (siglo V a. C.) no es un filósofo convencional. Participa en la vida pública, y en varias batallas demuestra ser un ciudadano ejemplar. Su facilidad para descubrir la ignorancia lo hace molesto ante muchos, que lo acaban acusando falsamente de traición al Estado. Sócrates aprovecha la ocasión de su defensa para dar una lección de entereza y dignidad. Platón (427-347 a. C.) es discípulo de Sócrates. Será maestro de Aristóteles, y contribuirá decisivamente al estudio de la filosofía como disciplina. Jenofonte (431-354 a. C.) fue historiador y filósofo griego. Sus dos relatos se complementan y ofrecen un mejor perfil de uno de los personajes más trascendentales de la cultura occidental.