Apodos de todo tipo, laudatorios -Pacificador, Benigno, Animoso- y otros fulgurantes o despectivos -Tuerto, Impotente, Leproso-, jalonan la historia de los reinos hispánicos a lo largo de trece siglos. Fueron muestras de admiración y reconocimiento, de temor o de piedad, y han acompañado de forma inseparable a los monarcas, dando cuenta de los claroscuros de su personalidad.
José María Solé, autor de "Los pícaros Borbones" y "Los reyes infieles", nos brinda en estas páginas, reino a reino, una nueva manera de considerar e interpretar muchos hechos del pasado.