Pero hay otra gran parte de su obra (la que pretende mostrar al lector contemporáneo esta edición bilingüe) que nos muestra que el ser humano no ha cambiado en absoluto desde entonces: las mismas pasiones, tendencias, pulsiones, vicios, estupideces, miserias; pero también la exaltación de la amistad, el goce del banquete y del vino, el disfrute del momento fugitivo, la rendida admiración ante la belleza, el amor, el sexo. Y Marcial supo mostrarlo con una inteligencia, una picardía, una sutileza y un ingenio tales, que hacen de él un poeta que siempre estará muy vivo y que continúa interpelándonos de manera sabia, directa y, en muchos casos, tan cruda.