Henry Devonshire era el hijo ilegítimo de Malcolm Devonshire, dueño de Everest Records. Henry era un hombre irresistible, cuyo objetivo consistía en convertirse en el heredero del imperio de su padre moribundo. La única persona que podía ayudarle a conseguirlo era Astrid Taylor, su encantadora asistente personal; sin embargo, no contaba con la atracción que experimentaría hacia ella y que podía costarle a Henry, literalmente, una fortuna.