Los caminos de los jóvenes Liza y Konstantín se sepran poco después de conocerse; a partir de este momento su historia de amor adopta la forma de una relación epistolar que se prolongará en el tiempo, sorteando las turbulentas circunstancias históricas: sobrevivirá a la Primera Guerra Mundial, a los bulliciosos años de la Revolución rusa, al periodo de entreguerras y también al peso de la ausencia, motivo que guiará la vida de ambos. A través del "espejo" nos asomaremos a la evolución interior de unos personajes que maduran en la dificultad, adaptándose a los profundos cambios que experimenta el mundo. Por las cartas de Liza, una pintora consagrada a su arte, seremos testigos de la situación de la intelligentsia rusa en el exilio, y gracias a Kostia, un respetado matemático en la URSS, conoceremos la vida bajo el régimen soviético.