Argumento de Ancla
Antediluviano Hemos volteado los abrevaderos, puesto jarrones, antorchas, musgo, cantos ruprestres, espiraciones de arcilla, una bóveda azul, los pájaros del aguacero... y hemos pedido que ocurran la noche y el alivio, el equinoccio y las declinaciones, el tiempo con sus puertas de vaivén, las flores amarillas sobre los huesos, las migraciones hacia sitios que no conocimos, las dememoria de los andenes. Lo hemos pedido ante un patentón de rostros y vasijas, ante el amor. Sin prevenir el fluir subteráneo, y el vacío de las cavidades emparentadas con la humedad, y el llamado a flotar en este anverso que no comprende la sed.1