En un pueblo de la provincia de Granada donde vivió su infancia Federico García Lorca, un joven heredero terrateniente que tiene su vida perfectamente establecida tanto sentimental como económicamente, sin más estímulos que bailar flamenco e investigar la vida y obras del poeta, un día se cruza con una gitana vidente en las puertas de la catedral, sintiéndose absorbido por sus predicciones a pesar de tan solo haberle prestado atención por vergüenza de parecer estúpido a la vista de su amigo de toda la vida. El mismo día a causa de su afición a ir a bailar a las cuevas de Sacromonte e intentar ligar con las turistas asiduas que se pierden por su cuerpo de torero, da con una bella inmigrante dominicana de la que se enamora perdidamente, haciéndole temblar los cimientos de su amueblada cabeza y llevándole a perseguir el amor con apasionante incertidumbre en la que la poesía nunca le abandona