Lise tenía motivos de sobra para odiar a Judd Harwood. Tenía información de primera mano, proporcionada por su ex mujer, sobre el despiadado magnate. Así que, aunque para ella tenía un atractivo irresistible, no se podía imaginar que iba a pasar una noche de pasión ardiente con él... Judd necesitaba una niñera para su hija, Emmy. Aunque sabía que era un error, Lise aceptó el trabajo. Le parecía el mejor modo de ahorrar mucho dinero para tomar un nuevo rumbo en su vida profesional. Entonces supo que iba a tener un niño de Judd. Lise se encontró ante una dolorosa encrucijada: si se marchaba, le haría mucho daño a Emmy. Si se quedaba, su embarazo se descubriría y Judd querría casarse con ella...