Este libro es necesario, útil y relevante. ya que busca presentarnos una síntesis detallada, sensata, bien organizada, actualizada y por lo general sobria que describe lo que sabemos sobre la ciudad, sobre la capital que Ajenatón mandó construir de la nada, sobre su urbanismo y sus avenidas, sus casas y sus palacios, sus cementerios y sus templos. Pero además, y a través d los restos materiales desvelados por las excavaciones arqueológicas, la autora nos cuenta quienes fueron y cómo vivieron y murieron sus habitantes, desde los grandes generales y sumos sacerdotes a los obreros y artesanos mas humildes. De hecho, uno de los rasgos más atractivos del libro es el sentido común a la hora de recoger y presentar la información presentada por los excavadores e investigadores de la ciudad que se han sucedido desde finales del siglo XVIII de forma sobria, sistemática, haciendo uso adecuado de tablas, cuadros e ilustraciones, pero sin perder de vista el requisito de escribir de modo ameno y agradable de leer.