Argumento de Amanece en París
Juan, a sus cincuenta años, se estaba dando cuenta aquella fría mañana parisina que no le gustaba nada de su vida. Que nada de lo que formaba parte de ella era realmente lo que él creía que era.
Él, que hasta ese momento creyó que era feliz, que lo tenía todo, viendo su imagen reflejada en el escaparate de las Galerías Lafayette, se estaba sintiendo un fracasado.
Él, que a sus veinte años soñaba con comerse el mundo, ahora, a través de aquel cristal, solo veía a un hombre que era víctima de su propia historia.
Lo que no sabía Juan era que aquel mismo día, saboreando un buen café, recibiría una oferta que lo cambiaria todo.1