A principios de la década de 1980, Virginia Vallejo era una de las periodistas más conocidas de la radio y la televisión colombianas, una de sus bellezas más celebradas y elegantes y la protagonista de las páginas de crónica rosa del país. Pablo Escobar, entretanto, era el narcotraficante más poderoso de todos los tiempos, capo del cártel de Medellín, mecenas de la política y el fútbol de su país, de los medios de comunicación y de los espectáculos, y un personaje público atrayente y fascinante. Que se conocieran y enamoraran era, quizá, inevitable.
El suyo fue, a lo largo de cinco años, un romance muy poco convencional en el que el necesario secretismo se combinó con el derroche y las pistolas, y que dejó una huella indeleble en ambos.
Amando a Pablo, odiando a Escobar es una historia de amor pero también una crónica del horror de los tiempos en los que Escobar reinaba en Colombia y una visión íntima de una de las mentes criminales más peligrosas, siniestras e impredecibles de nuestro tiempo.