En el año 722 A.C. el grueso de las 10 tribus de Israel que conformaban el Reino del Norte, fueron llevadas cautivas por el Imperio Asirio. Aproximadamente 2 años después, todos estos cautivos desaparecieron en una sola noche; y nadie sabe a dónde el Señor se los llevó, pese a que existen especulaciones inexactas de que tal o cual pueblo, son los descendientes de estos israelitas. En 1956, una niña de 3 años de edad, fue a parar, por accidente, al lugar verdadero donde estas tribus se hallan, recibiendo ciertos servicios de esta civilización en formas no convencionales para nosotros, que marcaron su vida para siempre, propiciando en ella un misticismo tal, que se tornó receptiva a impresiones y facultades espirituales poco comunes, y a una mayor comprensión del amor de Dios; recibiendo además, ciertos conocimientos adicionales de cuando en cuando, aún hasta descubrir nuestra propia existencia en varios mundos a la vez.