«El universo creativo de Amable Arias es poliédrico, abarcando territorios como la pintura, el dibujo, las experiencias sonoras o la literatura. Aunque en alguna ocasión puntual gozó de un cierto reconocimiento de las instituciones artísticas del País Vasco, la mayor parte de su producción la desarrolla desde una autoimpuesta marginalidad. Esta actitud, mantenida hasta su fallecimiento en 1984, le permitió conservar unos cauces de libertad en toda su obra que, vista desde una perspectiva actual, la mantienen absolutamente vigente. Una buena parte de su producción, la más íntima y experimental, ha sido muy poco mostrada, manteniendo inéditos los sugerentes discursos que subyacen en ella. Considerada esta parte de su obra, hasta no hace mucho tiempo, como una práctica outsider y distante de los discursos canónicos de la historia del arte, su estudio desvela una gran riqueza al observar los giros conceptuales y teóricos de su aparentemente ecléctica producción».