Lo único que despierta la pasión de Bastien son los negocios familiares... hasta que llega Terri...
La tercera entrega de la saga romántica de los hermanos Argeneau.
Los hoteles de Nueva York costaban un ojo de la cara, y Terri había volado desde Inglaterra para ayudar a planear la boda de su prima.
Los nuevos familiares le ofrecieron que se quedara en su casa, pero eran un grupo bastante extraño:
** Lucern, a veces serio, a veces alegre.
** El supuesto actor Vincent (no podía imaginarse un casting de Broadway para un hambriento Drácula que cantase y bailase al mismo tiempo).
** Y, además, estaba Bastien.
Con sólo mirarle a los ojos, Terri tuvo que admitir que se había enamorado de él. Era alguien incluso más alto, más oscuro y más hambriento que los otros dos. Y a ella también le estaba empezando a entrar un poco de hambre. Y si se quedaba con él, ¡los dueños chupasangres del hotel no la cogerían!