Era un asunto muy arriesgado.
La guardaespaldas Jocelyn MacKenzie sabía perfectamente que no debía mezclar los negocios con el placer, sobre todo si su misión era proteger al guapísimo doctor Donovan Knight. Iba a necesitar todas sus fuerzas para resistirse a la sexy mirada de aquellos ojos verdes, pero más le valía no dejarse distraer por el bien de su cliente... y de su propio corazón.
¿En qué estaría pensando Donovan cuando decidió contratar como guardaespaldas a aquella belleza? En cuanto la vio registrar su apartamento en busca de pistas, Donovan deseó convencerla de que dejara a un lado los negocios...