Nicholas Camden, su sensacional jefe, el hombre que había llenado sus sueños durante casi dos años, nunca se había fijado en ella como mujer. Hasta el día en que, de colegas de trabajo que hablaban sobre la posible absorción de su empresa, pasaron a amarse apasionadamente... sobre la mesa del despacho. Este inesperado giro en los acontecimientos la hizo preguntarse qué les depararía el destino, y si aquel encuentro pasajero habría sembrado la semilla de un compromiso para toda la vida.