Por fin, esas amenas charlas semanales son publicadas en papel, en un libro que, según el propio Boyero: «Responde a mis ciclotímicos estados de ánimo, a los días tontos y a los días aprovechables, a la desgana y a la curiosidad, a la memoria sobre cosas que amo y que detesto. Espero que alguien lo disfrute. Yo no podré. Me da vergüenza verme impreso. Lamentaría tener que constatar que digo muchas tonterías y que se me olvida o no soy capaz de expresar lo mejor de mí mismo. Ha sido un placer compartir estos chats con algunos de ustedes. Sean benévolos y tolerantes conmigo. Yo no lo soy con nadie».