Al servicio del rey es el inicio de la que muchos consideran la mejor serie naval de los últimos tiempos. Alan Lewrie es el marino de verdad, falible, mundano y pecador, lejos del perfecto caballero que es el Hornblower de C.S. Forester o el calculador Jack Aubrey de Patrick OBrian. Con un ritmo endiablado, una caracterización excelente y una atención al detalle digna de elogio, las novelas de Dewey Lambdin son un soplo de aire fresco dentro de la literatura naval.