Algunos poemas tienen un marcado acento testimonial, otros tienden al lirismo, otros al humor, otros a la denuncia y a la solidaridad y, en conjunto, poseen un ritmo y una agilidad estilística muy destacables.
Hay un aspecto que capta especialmente la atención cuando leemos estos textos, y es la capacidad de las autoras de convertir la experiencia en literatura y vida literaria: un hallazgo poco frecuente.