Javier Arranz deja de lado, momentáneamente, la novela negra, para sumergirse en otro género muy distinto, pero impregnado también de su toque personal. David es un muchacho de once años que no encuentra su lugar en el mundo. Desplazado en el colegio, sobreprotegido en su casa, pero incomprendido por sus padres, no es capaz de asimilar la realidad que le rodea. Sobre todo, cuando es testigo de las discusiones de sus padres. Un día, por azar, accede a un universo alternativo, totalmente alejado de su realidad convencional, poblado de diversos seres que le irán marcando las pautas que le permitan integrarse y encontrar su lugar en el mundo. Sin embargo, David no sospechará lo cercanos que se encuentran ambos universos, tanto, que llegarán a tocarse, produciendo un efecto inesperado y devastador.