Aquí se presentan por primera vez en un solo tomo, tal y como fueron concebidas, ya que la segunda es continuación estricta de la primera, aunque cualquiera de ellas pueda leerse sin la otra. En ellas Sancho Panza, Dulcinea, el ama, la sobrina o el bachiller Sansón Carrasco, y otros cien personajes cervantinos y de nueva planta, vivirán una vida propia, a la sombra siempre del difunto don Quijote, ejemplo perpetuo para ellos de conducta y linterna en todas las procelas.
De sus increíbles peripecias en su aldea, primero, y en las Indias, después, da cuenta Andrés Trapiello en estas dos obras que, gracias a su lenguaje único y a grandes dosis de ironía e intriga, poseen el encanto clásico y la sabiduría atemporal de las grandes novelas de aventuras.