La noticia no es bien recibida por Manon y acude al despacho de Lucan Dux para tratar de recuperar el apoyo económico. A raíz de este encuentro una serie de fenómenos extraños empiezan a sucederle: un lobo intenta atacarla; su madre, que lleva años ingresada, despierta de un coma profundo; unas inquietantes imágenes alteran sus sueños; y, además, algo que Manon no pretendía: se siente irremediablemente atraída por ese misterioso hombre de mirada penetrante y salvaje.