Como se desprende claramente del subtítulo ?una visión irreverente del amor al saber?, éste es un libro de filosofía no apto para filósofos. El tono de la obra es serio y jocoso a la vez, quiere ser entretenido pero con elevadas dosis de erudición, o su sucedáneo: la digresión diletante. El lenguaje es en ocasiones culto, o más bien culterano. Entre capítulo y capítulo he introducido unas ?Críticas Filosófobas? que quieren ser parodias