Un gran talento, una lección de vida.
Como ya hiciera en la exitosa La sal de la vida, la autora encadena impresiones sobre su propia vida, recuerdos vívidos y reales que constituyen un testimonio empírico y sensorial. Una experiencia de lectura poco habitual, fluida y honesta. Un libro profundo y sencillo a la vez, vitalista pero también melancólico, una lectura muy intensa, que nos ayuda a descubrir las cosas que realmente merecen la pena y nos invita a buscar los momentos que han conformado nuestra vida.