Sin embargo, unen sus fuerzas, la brillante inteligencia de Misha y la mínima movilidad de Rubén, para plantar cara a su destino más seguro: una muerte indigna y dolorosa. Su vida será una larga partida de ajedrez en la que seguir vivo puede dejar de ser un fin en sí mismo y convertirse en el camino más corto para abandonar este mundo como un ser humano.
Sin perder la sonrisa, Rubén Gallego novela su propia experiencia desde el lado de los supervivientes, y lo hace con una voz auténtica y sorprendente. La sutil ironía, la ternura y la brutalidad se unen en un libro capaz de provocar las más opuestas emociones.