Adrián estará con nosotros mientras en nuestra pluma (o nuestro ordenador) se adivinen huellas de sus enseñanzas, que fueron muchas, y buenas, y muy divertidas dentro del pesimismo propio de la situación en que se encuentra esta ciudad que tanto queremos y tan poco nos gusta. Hasta luego, Adrián, nos veremos en el limbo de los ilusos.
Miguel Ángel Pérez Oca.
A estas alturas solo puedo deciros que Adrián se sentiría, se siente, contento, orgulloso, agradecido y sobre todo emocionado, muy emocionado de vuestro cariño hacia él.
Teresa de Nova.
PVP (En papel)