Ha contado con gran predicamento en Egipto con Khem, en India con Shiva, en Asiria con Vul, en Grecia con Pan y Príapo, en las naciones escandinavas y teutónicas con Fricco y en España con Hortanes.
También tiene gran importancia en las culturas de México, Perú y Haití.
Es en las épocas de mayor decadencia de las culturas, cuando el símbolo fálico se recubre de todos los prejuicios y adquiere connotaciones negativas.