Escribir o leer en una hoja le implica a un niño, entre otras cosas, controlar las manos y manejar un lápiz con rigurosa precisión para realizar trazos concretos en determinada dirección y medidas, además de exigir una importante capacidad de atención para fijar su vista, pero... ¿está preparado? Para la lectoescritura se necesitan tener afianzadas una serie de habilidades y destrezas que se consiguen cuando el niño vive experiencias multidisciplinares a través del movimiento que le permitan madurar las funciones de la mente y organizar sus percepciones.
Este método de apoyo a la lectoescritura que se sirve del movimiento utilizando el cuerpo para adquirir sensaciones contribuye a que el trabajo en el aula sea más vivencial y eficaz.
La utilización parcelada de este libro es fuente inagotable de recursos para juegos y actividades tan variadas que pueden ir desde la dinámica de grupos, juegos de mesa, actividades de plástica, matemáticas, lengua... pasando por meros ejercicios gimnásticos de condición física y expresión corporal.