Argumento de Abrir en Caso de Muerte
Valencia, septiembre de 1986. España acaba de entrar en Europa y los socialistas gobiernan con mayoría absoluta. El país vive una época de prosperidad, se impone la cultura del pelotazo, la cocaína triunfa en los ambientes nocturnos y el Sida hace estragos. El detective Samuel Campos tiene preocupaciones más inmediatas como pagar las facturas que se acumulan en su escritorio, evitar el acoso de una ex novia adicta al caballo o soportar a su maniática secretaria. A principios de septiembre aparece en su despacho una misteriosa y atractiva joven con una petición fuera de lo común. Obsesionada por el suicidio de su madre, ocurrido veinte años atrás en una lujosa urbanización de Madrid, le pide que busque a los sirvientes que vivían con ella cuando ocurrió la tragedia para intentar averiguar lo que realmente pasó. Una misión más difícil que buscar una aguja en un pajar, pues sólo conoce sus nombres de pila. Pero una antigua foto proporciona al detective una pista, un hilo del que tirar.
El bello pueblo de Alzara, un hogar de acogida de ex convictos, una residencia de ancianos, el Cementerio General, El Cabanyal, los Jardines de Viveros, la Huerta Norte o el barrio del Ensanche. Son algunos de los escenarios por los Samuel busca a tientas esos fantasmas del pasado. Y cuando logra localizarlos, uno tras otro son brutalmente asesinados. El detective comienza a sospechar que ha sido utilizado para perpetrar una venganza, pero ya es demasiado tarde. Imposible dar marcha atrás. Entra en liza otra mujer, la más joven y hermosa, y cae rendidamente enamorado. Para salvarla deberá llegar hasta el fondo y desentrañar una red de engaños poniendo en peligro su vida. Lo que al final descubre es aún más increíble y retorcido de lo que nunca pudo imaginar.1