Tras un primer volumen, Olor a tierra caliente, en el que Verloc se despertaba amnésico en medio de ninguna parte y descubría, gracias a su diario, que perdió trabajo, familia y amigos desde que decidió vivir prescindiendo de implantes y modificaciones genéticas, en este segundo volumen el protagonista se une a la expedición que encabeza su hermano y parte con él y los demás investigadores en pos de Aama, una misteriosa sustancia con propiedades de alcance insospechado.
Mientras sigue descubriendo a través de su diario su pasado al margen de un modo de vida hipertecnológico, planificado y asistido, el entorno en el que se adentran se hace cada vez más imprevisible e incontrolable: paisajes alucinantes van de la mano con encuentros inquietantes... Lo que en el tomo 1, Olor a tierra caliente, era presentación de personajes, contemplación y costumbrismo, en La multitud invisible se torna en una espiral de acción y aventura.