A veces tenemos que explotar. Y si aún no lo has hecho, no te preocupes, ya llegará alguien que te haga pedazos. Pero dale las gracias, pues lo bonito de explotar es que tienes que armarte y también amarte, y en ese camino, encontrar nuevos pedazos. Da las gracias a esas personas que te a(r)man, sin paréntesis.