Argumento de A Praga desde la Mitad del Mundo
Gabriela Abad Real llegó a Ecuador con una maleta de mano con algo de ropa y otra maleta, tres veces más grande, con la intención de llenarla de experiencias, libros y recuerdos inmortales. Eso lo consiguió. Llegó a la Mitad del Mundo buscando las oportunidades que en España no existían, con la ilusión de aprender de sus palabras, de su cultura, también de su literatura. Llegó con la intención de volver más grande, capaz inmortal. Pero no fue así. Se lo cuenta en cartas a su sobrina, María, dejando un rastro de lo que pudo ser y no fue. Dejando constancia del tiempo que se va y no vuelve, de las luchas que se pierden y se ganan, transmitiéndole una enseñanza que jamás olvidará: el valor de la vida, el sentido de vivir.1