Durante la mayor parte de su historia, la televisión española, ha sido un sector de alta concentración empresarial. Desde el monopolio que era hace solo 20 años, el sector ha ido dividiéndose poco a poco hasta que, en los últimos años, debido en gran parte a las nuevas tecnologías, la velocidad de fragmentación está aumentando a un ritmo exponencial. Estamos asistiendo a la emergencia de un nuevo modelo de televisión frente al modelo tradicional analógico. Aunque los espectadores no seamos siempre conscientes de la influencia de los fenómenos económicos en nuestro consumo mediático, estos determinan la configuración de la oferta y el consumo de televisión en los hogares.