Últimamente, a Mimi le encanta hacer las mismas cosas que hacen los mayores. Cuando mamá está en la cocina y echa los restos en la basura, ¡patapám!, Mimi hace lo mismo con sus juguetes. Si mamá se pinta los labios con carmín rojo, ¡uy, uy, uy, ¡la cara de Mimi tras intentar hacer lo mismo! Y si papá toca la trompeta, ¡allá va Mimi a interpretar su propia composición!
Pero, a veces, son los mayores los que imitan a los pequeños: Mimi le da un gran beso a mamá, que la ha venido a buscar, ¡y la abuela hace lo mismo con el abuelo!