En Afganistán, en Sierra Leona, en Timor, en Kosovo, las ONG han sido solicitadas para unirse a las huestes de las guerras justas, que los poderes occidentales han declarado a los autores de las violencias de masas. ¿Se trata de una buena noticia para las poblaciones que ven su vida amenazada? Sea lo que sea, en la mayoría de los conflictos la ayuda se despliega sin la intervención de un ejército occidental, y en un clima internacional de tolerancia a las masacres.
Los investigadores y periodistas reunidos por MSF se preguntan sobre los límites y contradicciones de las operaciones de socorro arbitradas en las crisis más graves. Abordan también la cuestión del incremento de poder de las ONG islámicas, las de las relaciones de las ONG con la justicia internacional, y finalmente del acceso de los cuidados y los medicamentos vitales en los países del Sur.