Argumento de 91 Poemas contra la Niebla
«Practica Urceloy con firme y terco exilio desde la duermevela siempre en guardia de sus versos aquella escuela de sabias impaciencias y exquisitos abismos que nos dejó en herencia el más sensible y el más intemperie de la familia, nuestro tío Luis Cernuda, e insiste ahora en ello estrellando contra el coro de los unánimes, con grave voz en tromba de bajo barítono, un poemario para cuya consistencia se inmola y proclama a sí mismo cal y arena, danza y desvelo, búsqueda y captura, deudor confeso e irredento caminante de ese incansable ciempiés al que nuestro romántico llama Amapalabras, como nuestro querido Aute oh captain, my captain
, ¡devoción eterna! nombró siempre Poemigas y Giralunas a sus fuegos de palabras, a su brega de músico, a su jugarse en cada canción las amadas o temidas cartas del vivir. Cara o cruz. Naipes manchados siempre. No te desnudes todavía...» Fernando Beltrán1