El verano de 2007, en plena canícula romana, Rocco sufre una fuerte sacudida que lo deja aturdido y desconsolado: Marina se ha marchado de casa, triste y desengañada tras descubrir que el elevado tren de vida que llevan se basa en los trapicheos de Rocco y sus amigos de la infancia. Sumido en la desesperación, el subjefe debe investigar la muerte de dos estudiantes de Derecho, asesinados de forma tan violenta que todos los indicios apuntan a un ajuste de cuentas. Después de semanas de intensas pesquisas, en las que logra destapar las conexiones internacionales de una red de narcotraficantes, Rocco obtiene la información suficiente para interceptar un cargamento de droga. Sin embargo, aunque lo ignora, acaba de dar un paso decisivo hacia el precipicio: al asestar el golpe de gracia a la trama criminal, ha firmado una sentencia de muerte cuyo legado será una guerra sin cuartel que se dilatará durante diez años hasta alcanzar los fríos parajes de Aosta.