Antes de morir, Hélène le hizo prometer a su marido, Julien, que le escribiría treinta y tres cartas, una por cada año de su vida. Para su asombro, Julien se da cuenta de que esta correspondencia, que deja en un compartimento secreto de su tumba en el cementerio de Montmartre, se ha convertido en una suerte de consuelo. Le habla de la vida que ahora ha de vivir sin ella; de su amor, ya no recíproco; de su hijo Arthur, que no quiere un padre que se siente desgraciado.
Hasta que un día se da cuenta de que las cartas han desaparecido y en su lugar empieza a encontrar pequeñas respuestas: un pequeño corazón de piedra, un poema, un ramillete de nomeolvides... Lo que Julien no sabe es que alguien lo observa. Alguien que lee sus cartas y quiere ayudarlo. Alguien que se ha enamorado de él.
«Conmovedor hasta la última página.»
Elle
«Barreau es el maestro de la comedia romántica.»
La Stampa
La crítica ha dicho...
«Conmovedor hasta la última página.»
Elle
«Barreau es el maestro de la comedia romántica.»
La Stampa