Tu cerebro, tan sumamente listo, es capaz de recordar situaciones, hechos y habilidades almacenadas en tu memoria, meses o años más tarde. También te permite reaccionar con rapidez frente a los diversos acontecimientos, pensar y tomar decisiones, planificar las cosas, solucionar las dificultades y gestionar el conocimiento de muchas formas distintas. Y todo esto lo hace de un modo constante. Tu cerebro, siempre tan sumamente ocupado, casi nunca reduce su actividad, incluso cuando duermes. ¡Menos mal!