Eso de cumplir años es muy curioso. Cuando tienes pocos, quieres más y cuando empiezas a tener unos cuantos, los tirarías todos por la ventana.
Oto cumple siete, pero querría que fuesen ocho. Y lloriquea hasta que se le aparece un fantasma.
Irene cumple cinco, los mismos que Ricitos, su muñeca. Y organizan una fiesta de muñecas.
Y Arturo cumple nueve, como Curro, el perro de la casa, que descubrirá que cumple un montón. Y como Curro es un perro muy humano, también querría tirar unos cuantos por la ventana.
Pero no podemos decir más, porque los cuentos se deben leer.