Este pequeño conjunto que he titulado 10 sonetos impuros formará parte, muy probablemente, de un libro aún en marcha. y aún sin título- que comencé en julio de 2001 y que, como digo, continúa....
El adjetivo impuros que se les adjudica a los sonetos tiene tres motivos. Mi poesía completa (desde su tercera edición, en 1996) se edita con el título general de La belleza impura, por lo que pienso que ese esteticismo de lo turbio y esplendoroso, de lo románticamente antiburgués, es un tanto mío. Además los sonetos no son regulares o canónicos. Son sonetos libres, que sólo respetan de la estrofa- yo diría que lo esencial- la distinción de cuartetos y tercetos y los 14 versos totales. Lo llamo, a estos sonetos, falsos sonetos verdaderos- así se lo escribí a un amigo- o sea, impuros. Y finalmente también sus temas, su mundo, su moral (haciendo acorde con lo más habitual en mi poesía) son impuros.
BRASILEIRIÑO
No es marinero ni muchachilla esclava.
Puñal y daga, bien podría. Especias, betel, saliva.
Es la madera fina. Caoba recia. Ríos por el trópico,
anchísimos, calientes, llenos de flores y mosquitos,
perfumes, muselinas. Las uñas lacadas de rojo hibisco.
Fuerte, abre los muslos. Acaricia, mancha. Quizá sea
un mástil, pero las velas son seda amorosísima.
Los músculos muelen el maíz. Exceden los ojos, brillan.
Huele a mar, sientes el mar. Mar de Axila
y algas femeninas. Grandes flores de mar. Playa
muy dulce donde es marfil la arena cuando su piel domina.
¿Infamia o delicia? ¿Éxtasis o grande abundancia? Brasileiriño
¿Saldo de brutal sexo o edén acariciante, cariñoso?
No un leve error. Imagen/ idea del futuro...
Una película de amor decadente
De noche, con calma
Poesía del abandono romántico
El sol de Verona
Me busqué y me rebusqué a mí mismo
Lingam
Dolly Wilde
Salutífera ira
Ma bohème