A MI BELLA Y BUENA HERMANA GLORIA Solo tengo una hermana que alegra el alma mía; al despertar la mañana su sonrisa me embebía. Buscando por los senderos de mi dolorosa vida, no encontraba los sinceros cariños que me tenía. Su voz buscaba palomas y su risa melodías; con sus canciones y aromas seguro me entretenía. Oye, oye, avecilla; mira, mira, flor garrida; te me mueres de sencilla, te me mueres de querida. La música, son de tu pelo, magnolias y pensamientos derramaba por el suelo, temblaba en mi sentimiento. Candorosa castidad; con tus manos me curabas; con parca puerilidad, asombro nos ocultabas. Gloria, te siento y te presiento.