Descubrir cómo cuatro sordomudos son quienes más disfrutan del sonido de una rumba, acompañar a un albañil retirado mientras se sumerge en la literatura o sentirse inmigrante cuando un monitor de pádel echa de menos Argentina. Ésta es un muestra de las sugerencias a las que invita este libro de pequeños relatos. Las islas sin tierra son los seres anónimos. Nosotros mismos cuando comprendemos que sólo somos viejos nómadas.