Los conocimientos científicos, aun en su consideración más básica, se representan muchas veces como algo abstracto y árido, carente de utilidad a escala de lo cotidiano. Esto hace que debamos ser especialmente ingeniosos en la forma de presentarlos al alumnado, y procurar, al mismo tiempo, que una presentación amena de los contenidos científicos no vaya en menoscabo de la necesaria rigurosidad.