Imagina que se abre ante ti la posibilidad de alquilar una iglesia privada del siglo xiv en la que tú y tu pareja podréis escuchar a solas un concierto de música clásica? O la opción de alojarte en una casa construida en un árbol? O de saborear el agua de un iceberg ¡con una antigüedad de más de 10 000 años! A los más golosos os propongo probar el chocolate praliné más ricodel mundo? ¡en Barcelona! ¿Qué te parecería crear tu propia fragancia o relajarte en unas termas únicas con espectaculares vistas a las montañas tirolesas??